Vistiendo el albornoz de la rutina
saludo a la mañana acompasando
los dedos de metal que me aprisionan
que me vacían de ti
que me entorpecen
la vida siendo infiel a las campanas
y al pulso indebido de tus pasos
el ritmo el corazón y los abrazos
vistiendo el albornoz de las mañanas.
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